Tras varios días fuera y, otros tantos sin entrar por aquí, vuelvo a la carga porque, durante este tiempo, el mundo de la moda no ha parado ni un solo momento.
La semana de la haute couture (alta costura) de París nos ha ofrecido grandísimos momentos. Desde el homenaje de J.P Gaultier a Amy Winehouse, pasando por una soberbia y expléndida colección presentada por Dior, sin tener aún un nuevo director creativo. Llegados a este punto, parece que tengo que retractarme. Aún sin Galliano, Dior nos ha vuelto a mostrar porqué es una de las grandes firmas y que, aunque haya perdido la excentricidad que siempre venía de la mano del gibraltareño, sigue estando entre los grandes nombres de la moda y, por supuesto, de la alta costura.
Por otro lado, no podemos olvidar a Chanel. Otro de los nombres propios de la semana parisina y de la moda. Y esta vez, como ya viene siendo habitual, tenemos que destacar la enorme puesta en escena de la firma francesa o, mejor dicho, lo que Lagerfel idea cada temporada y que nos sigue sorprendiendo. Esta vez introdujo a todos los asistentes al desfile y a sus modelos en un avión. Sí, habéis oído bien. Ambientó el desfile sobre, o mejor dicho, dentro de un avión donde las modelos, cual azafatas, desfilaban por el pasillo central.
Aunque esta vez, y dejando de lado semejante escenografía, las malas críticas recaen sobre la casa francesa. Al parecer los críticos se han cansado del tweed y del traje chaqueta de Lagerfel y esperan, ansiosos, algo más que, esta vez, no ha llegado. Veremos si en la pasarela que viene las críticas se disipan o si los expertos se lanzan a la yugular del Kaiser.
Mucho más cerca, aquí en Madrid, comienza hoy la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid. Sí, ha dejado de llamarse Cibeles. Mercedes-Benza ha firmado un contrato de patrocinio con la pasarela española por dos años aumentando así su presencia en el mundo de la moda.
Su lado bueno, se convierte así en una pasarela mucho más internacional (principal objetico por la que se creó) compartiendo el patrocinio con pasarelas como la de Nueva York o Berlín. Y, por supuesto, deja de estar subencionado por el estado.
A lo largo de la semana los diseñadores españoles mostrarán sus creaciones para el próximo otoño-invierno y una servidora acudirá a varios de los desfiles para contarlo todo. Hoy estaré en el desfile de una de las casas españolas más longevas, como son Victorio&Lucchino y, en contra posición, el viernes acudiré a uno de los desfiles del Ego, que lo conforman los nuevos y jóvenes diseñadores.
Como véis el carrousel de la moda no para y nos subiremos a él para no dejar de girar.
La semana de la haute couture (alta costura) de París nos ha ofrecido grandísimos momentos. Desde el homenaje de J.P Gaultier a Amy Winehouse, pasando por una soberbia y expléndida colección presentada por Dior, sin tener aún un nuevo director creativo. Llegados a este punto, parece que tengo que retractarme. Aún sin Galliano, Dior nos ha vuelto a mostrar porqué es una de las grandes firmas y que, aunque haya perdido la excentricidad que siempre venía de la mano del gibraltareño, sigue estando entre los grandes nombres de la moda y, por supuesto, de la alta costura.
Por otro lado, no podemos olvidar a Chanel. Otro de los nombres propios de la semana parisina y de la moda. Y esta vez, como ya viene siendo habitual, tenemos que destacar la enorme puesta en escena de la firma francesa o, mejor dicho, lo que Lagerfel idea cada temporada y que nos sigue sorprendiendo. Esta vez introdujo a todos los asistentes al desfile y a sus modelos en un avión. Sí, habéis oído bien. Ambientó el desfile sobre, o mejor dicho, dentro de un avión donde las modelos, cual azafatas, desfilaban por el pasillo central.
Aunque esta vez, y dejando de lado semejante escenografía, las malas críticas recaen sobre la casa francesa. Al parecer los críticos se han cansado del tweed y del traje chaqueta de Lagerfel y esperan, ansiosos, algo más que, esta vez, no ha llegado. Veremos si en la pasarela que viene las críticas se disipan o si los expertos se lanzan a la yugular del Kaiser.
Mucho más cerca, aquí en Madrid, comienza hoy la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid. Sí, ha dejado de llamarse Cibeles. Mercedes-Benza ha firmado un contrato de patrocinio con la pasarela española por dos años aumentando así su presencia en el mundo de la moda.
Su lado bueno, se convierte así en una pasarela mucho más internacional (principal objetico por la que se creó) compartiendo el patrocinio con pasarelas como la de Nueva York o Berlín. Y, por supuesto, deja de estar subencionado por el estado.
A lo largo de la semana los diseñadores españoles mostrarán sus creaciones para el próximo otoño-invierno y una servidora acudirá a varios de los desfiles para contarlo todo. Hoy estaré en el desfile de una de las casas españolas más longevas, como son Victorio&Lucchino y, en contra posición, el viernes acudiré a uno de los desfiles del Ego, que lo conforman los nuevos y jóvenes diseñadores.
Como véis el carrousel de la moda no para y nos subiremos a él para no dejar de girar.
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