lunes, 20 de febrero de 2012

Premios Goya: diseño ¿español?





Ayer tocaba volver a mentenerse despierta. El cine español celebraba su 26ª edición de los Premios Goya en el Palacio de los Congresos de Madrid. Actores, actrices, directores y personajes televisivos varios se dieron cita en la noche del cine español.

"La piel que habito" de Almodovar, "La voz dormida" de Benito Zambrano y "No habrá paz para los malvados" de Enrique Urbizu partían como claros favoritos. Pero fuera de nominaciones, quinielas y ganadores, hubo un claro perdedor. Más que perdedor, perjudicado: la moda
española. Entre las actrices solo cuatro se presentaron en la alfombra roja con un vestido de un diseñadores español; Belén Rueda y Lucia Jiménez de Pedro del Hierro; Leonor Watling de Miriam Ocariz y la única nominada, Inma Cuesta, de Juanjo Oliva. Aquellos pertenecientes al mundo del cine (personajes conocidos, quiero decir) que una y otra vez proclaman hasta la saciedad la poca ayuda que el cine español recibe (nunca dicen cuánto se llevan de subvenciones) han sido esta vez los mismo que, en la noche del cine español, han decidido vestir de diseñadores extranjeros. Esto es como la boda de la "heredera" del imperio Inditex; escogemos a Zara para el día a día pero, en ocasiones especiales, no nos fiamos y dejamos la ropa de nuestro día más importante, a diseñadores de renombre (por mucho que la protagonista participe en el diseño).

Críticas e hipocresias aparte, ¿no os parecen todos los vestidos iguales? Entre mis cuatro preferidas, encontramos 3 vestidos idénticos. Mismo color y hombros al aire. Michelle Jenner apareció en la alfombra roja con un Zuhair Murad, uno de los diseñadores más solicitados en Hollywood, de tul intentando parecer una princesa. Eso sí, tenía que haber advertido a la organización que, al sentarse, el vestido ocuparía dos asientos. Para la próxima ya sabes.
Por su parte, la donostiarra Marta Etura escogió un Gucci de color nude con escote en V. Como siempre, impecable. Elena Anaya, la ganadora del Goya a mejor actriz por "La piel que habito" se enfundó un Lanvin de inspiración helénica que cubría un solo hombro y un cinturón que marcaba la cintura. Aunque fue una de las más elegantes de la noche, el collar sobraba. Y para acabar, María León, Goya a la mejor actriz de revelación por "La voz dormida", rompió con la monocromacia y vistió un Lanvin de color negro con palabra de honor. Un color que siempre queda bien.

De la gala y de los modelitos de Eva Hache, todos de diseñadores españoles, es mejor no comentar nada. O sí. En dos palabras: cutre y cutre. Imaginad si fue cutre que lo mejor de la gala fue la aparición de Santiago Segura. En cuanto a los modelitos de Eva, firmados por diseñadores de la altura de Debota & Lomba, Hannibal Laguna o Ion Fiz, desafinaron. Fueron el tema de conversación y de crítica de toda la noche. Con galas como esta y después de haber criticado la hipocresía de algunas de las actrices... ¿hacen bien en desmarcarse del diseño español? La semana que viene llegan los Oscar, la fiesta del cine por antonomasia. Veremos qué ocurre allí.

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